El volante noruego Martin Odegaard tiene al frente tal vez uno de los retos más importantes de su carrera deportiva, enfrentar al club de sus sueños, haciendo parte del que lo convirtió en figura, del que es su líder y capitán; y en el escenario más grande del fútbol de clubes, la Champions League.
Odegaard dijo adiós al Real Madrid en 2021 luego de cumplir su sueño de vestir la camiseta blanca, la del equipo más poderoso del mundo, de compartir camerino con sus ídolos de adolescencia; pero sin poder demostrar las condiciones que hicieron que se fijarán en él. Partió a Inglaterra con sus maletas llenas de ilusión y con el firme propósito de sacarse a punta de tenacidad y fútbol su frustración.
Como lo publicó en sus redes sociales en aquel momento: “Quería estabilidad. Quería establecerme en algún lugar con grandes jugadores que quisieran volver a poner al club en la cima, con un buen entrenador. Por eso creo que el Arsenal es perfecto para mí”. De momento el escenario ha sido maravilloso, ha crecido en lo personal y en lo futbolístico, comanda a los “Gunners” en la Liga Premier, la más competitiva del planeta; y aunque los títulos siguen siendo esquivos, ha puesto el nombre del equipo en el primer orden británico y ahora espera poder hacerlo en el continental.
Esto no debería tratarse de vengar su prematura salida del Santiago Bernabéu, sino de consolidar su carrera… pero por ahí de paso, también es buena disculpa para dar una cachetada con guante blanco al Madrid, hacerles notar lo que dejaron ir.
El talentoso noruego es un todo campista en torno al cual gira el fútbol vistoso y efectivo del Arsenal, un equipo que bajo las órdenes de Mikel Arteta ha empezado a pisar fuerte en Europa. Odegaard no traiciona su esencia y sigue siendo el mismo virtuoso que por múltiples motivos no brilló en la “Casa Blanca”, ¿culpa suya? ¿faltó ambición? ¿paciencia? ¿Culpa del club?, cualquiera sean las razones, llegó la hora de sacarse la espina, que, aunque tal vez no la reconozca, debe tener clavada en su corazón.
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